Si bien una dieta libre de gluten es indispensable para las personas celíacas, existen otras que no lo son y que deciden adoptarla como un estilo de vida, bien sea para perder peso o porque están convencidos de que el gluten es dañino para su salud. Si estás en este grupo, podrás sentir al principio una sensación de ligereza ya que al suprimir este conjunto de proteínas de tu dieta, también eliminas una gran cantidad de carbohidratos y azúcares simples, lo cual a largo plazo podría desencadenar en deficiencias nutricionales y problemas de salud, motivado principalmente a la falta de fibra en tu alimentación.
Otro de los aspectos a considerar, es que puede haber deficiencias de micronutrientes como el conjunto de vitaminas B y minerales, la aparición de intolerancias ya que el organismo está adaptado a metabolizar las sustancias que comúnmente ha ingerido toda su vida y que luego podría tener problemas al intentar volver a procesarlas, originando una serie de enfermedades.
Es por ello que antes de tomar decisiones a priori que pueden causar efectos adversos a su salud, es recomendable consulte con un médico o nutricionista, quien determinará la conveniencia o no de adoptar este tipo de dietas.